Julio Cortázar

Rayuela y lo fantástico


Trabajo Escrito, 2002

14 Páginas, Calificación: 1,0


Extracto


Indice:

Rayuela y lo fantástico

Los elementos fantásticos

El factor tiempo

Nicolás Rosa y los espacios

Vínculos de comunicación entre París y Bs. As.

„Del lado de acá“, „Del lado de allá“

El manejo de indicios

Resumen

Rayuela y lo fantástico

La presencia de elementos fantásticos en la literatura tiene una larga tradición y se ha exteriorizado en forma heterogénea, o sea, desde la literatura escencialmente fantástica, hasta aquella cuya presencia se corporiza en elementos aislados y/o secundarios. Como es de suponer, estos elementos también encontraron eco en la literatura rioplatense, instalandose en ella hasta llegar a presentar al lector las más variada gama de relatos. Julio Cortázar es un activo entusiasta de este tipo de literatura, lo que deja traslucir en muchos de sus cuentos de las formas más diversas. Saúl Yurkievich, quién en su libro Mundos y modos, la relación de Cortazar con lo fantástico analizara, plantea que Cortázar toma como punto de partida en sus relatos a la realidad, es decir, instala al lector dentro de un mundo posible y con el cuál puede identificarse. Ya lograda esa identificación, tanto respecto al entorno como a los personajes, conduce al lector mediante diversos indicios y sutiles sucesos hacia el mundo fantástico con el cuál se confrontan sus personajes.

„Sus personajes son nuestros semejantes, prójimo familiar. Acciones y actuantes habituales sugieren un acaecer posible de ocurrir a cualquiera, acaecer corriente que por sutiles deslices de encamina a lo fantástico“[1]

Respecto a la forma de lograr ese acercamiento paulatino entre el lector y lo fantástico, trabaja Cortázar, según Yurkievich, en sus obras con diferentes tipos de recursos, destacandose de entre ellos:

„el mosaico simultaneísta, la mixtura disonante, la vision plurifocal, la multiplicación de ralatores, la confusión entre tiempo externo e interno, el flujo pluripersonal de la conciencia, la sugestión de lo real.“[2]

Tomando como base lo anteriormente expresado por Yurkievich, busca el presente trabajo dilucidar la relación existente entre una de las obras cúlmines de Cortázar, Rayuela, y los elementos fantásticos presentes en ella. Encontrar elementos fantásticos en esta obra, la cuál esencialmente podría definirse como de corte real, resulta un trabajo bastante complicado y ambiguo. Por consiguiente a continuación serán planteadas algunas ideas que podrían establecer la susodicha relación solo como una variante dentro de las muchas facetas que esta obra de Cortázar nos presenta.

Los elementos fantásticos

Como primer punto debería ser planteado si es posible la existencia de elementos fantásticos en esta obra, ocultos detrás de un marco aparentemente real. Para ello sería necesario en primera instancia, y siguiendo lo ya realizado por el autor desde el comienzo de su obra, separar entre el lector-hembra y el lector cómplice. Cortázar refleja esa diferencia ya en su tablero de dirección distinguiendo dos tipos de lectores. Por otro lado, Cortázar no clasifica explicitamente a los lectores de su libro dentro de ninguna de estas categorías, por lo cual la separación entre lector hembra y cómplice queda librada a nuestro arbitrio. El lector-hembra, será, en los capítulos siguientes, caracterizado como el lector que necesita del relato explícito, o sea del relato „premasticado“. Se puede presumir entonces, que para ese lector está contemplada la posibilidad de leer Rayuela en la forma tradicional, y prescindiendo de los capítulos posteriores al número 56. Por el contrario Cortázar posibilita al lector activo el componer su propia novela, y aclara que Rayuela no es una novela sino muchas en sí misma, de acuerdo a su modalidad de lectura. El lector activo puede abastecerse para la búsqueda de su propia composición del texto del tablero de dirección, lo cuál podría considerarse en sí como un premio que el autor ofrece al lector que acepta el riesgo de iniciar una lectura diferente.¿Pero que otras variantes ofrece Rayuela al lector que ha aceptado ese riesgo?, ¿existen otras posibilidades que Cortázar desde su inicio haya previsto para guiar la propia resolución de la novela? Como toda novela contemporanea, tiene Rayuela una infinita gama de interpretaciones posibles, ¿pero hasta que punto juega Cortázar con ellas durante la composición de su obra?.

El factor tiempo

Dicho factor, por el cuál Cortázar parece tener cierta predilección, a juzgar por su inclusión en muchos de sus cuentos, resulta durante la primera lectura de la novela practicamente imperceptible, salvo en el capítulo 35, aquí observamos una superposición del tiempo del relato. Babs y Ronald han regresado a su casa después de una reunión en el club de la serpiente, dispuestos a dormir, retrocede el recuerdo a la noche recientemente vivida, pero durante el relato del mismo se intercala el presente:

„(...) y probablemente también a esa altura Oliveira se puso a reir mirando especialmente a Gregorovius y pidió más detalles sobre la abnegación de la Maga enfermera y si era cierto que vivía en la rue Monge, qué número, esos detalles catastrales inevitables. Ahora Ronald tendía a estirar la mano y meterla entre las piernas de Babs que rezongaba como desde lejos, a Ronald le gustaba dormirse con los dedos perdidos en ese vago territorio tibio, (...)[3]

La intercalación de este cambio temporal en esta novela es en sí un hecho aislado, pero toma otro tenor cuando otra problemática respecto al factor tiempo, ya en sentido más amplio, se identifica como tal. En una segunda y análitica lectura de Rayuela advertimos que la primera parte, „del lado de allá“, transcurre en la temporada más fría en París,según puede ser apreciado a partir del primer capítulo, donde el mes de diciembre figura como un primer indicio temporal:

„¿que venía yo a hacer al Pont des Arts? Me parece que ese jueves de diciembre tenía pensado cruzar a la orilla derecha y beber vino en el cafecito de la rue des Lombards(...)“[4]

Tomando también en cuenta que en el capítulo 29, es decir casi finalizando la etapa en París, se hace mención durante la conversación de Gregorovius y Oliviera en la habitación de la Maga al frío terrible que hace, podemos deducir que las acciones acaecidas en „el lado de alla“ tienen lugar durante el invierno parisino, es decir,enero o febrero. Dicha temporada del año coincide lógicamente con la temporada más cálida en el hemisferio sur. En el capítulo 40, o sea, comenzando los episodios en „el lado de aca“, se hace referencia al comienzo del verano:

„Entregado a esa tarea se descolgaron los grandes calores (...)“[5]

[...]


[1] Saul Yurkievich, Mundos y modos, Pag. 30

[2] Saúl Yurkievich, Mundos y modos , Pag. 34

[3] Julio Cortázar, Rayuela, Edición Crítica, Julio ortega, Saúl Yurkievich, coordinadores. España: Archivos, CSIC, 1991. Pag: 167

[4] Julio Cortázar, Rayuela, Pag: 12

[5] Julio Cortázar, Rayuela, Pag: 191/ 192

Final del extracto de 14 páginas

Detalles

Título
Julio Cortázar
Subtítulo
Rayuela y lo fantástico
Universidad
University of Cologne  (Romanische Seminar)
Curso
Julio Cortázar
Calificación
1,0
Autor
Año
2002
Páginas
14
No. de catálogo
V85094
ISBN (Ebook)
9783638005845
Tamaño de fichero
364 KB
Idioma
Español
Palabras clave
Julio, Cortázar, Julio, Cortázar
Citar trabajo
Viviana Marcela Alvarez-Schüller (Autor), 2002, Julio Cortázar, Múnich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/85094

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