La desmitificación de todo lo que rodea el ejercicio del psicólogo. Un análisis crítico

Perspectiva individualista y gremial


Ensayo, 2014

5 Páginas, Calificación: 100,00


Extracto


Postura del Psicólogo Clínico para fortalecer y mantener terreno.

Perspectiva individualista y gremial.

Tal como lo describe Itzel (2010) en su trabajo “Psicología Clínica: ¿Qué es, Qué hace, Cómo lo hace y Para qué sirve?” la psicología clínica pretende ser un “todo” que abarque en su totalidad la conducta humana. El altruismo no se desliga de la profesión y cuya meta básicamente es mejorar la condición humana y podría decirse, también, ‘aliviar’ el dolor de la psique.

Si un día empezamos a sentirnos mal, tenemos mareos, cansancio y debilidad, acudimos a un bioanalista de inmediato a realizarnos exámenes y pruebas de sangre. ¿Por qué? Tal vez porque podemos predecir que algo anda mal en nosotros; los niveles de azúcar, la hemoglobina o cualquier otra cosa y podemos enfermar. Así pasa con cualquier médico, con los mecánicos cuando algo paso con nuestro carro, y pare de contar. Sabemos que debemos buscar ayuda cuando algo no funciona correctamente o marcha mal. ¿Y esto aplica para la psicología? ¡Por supuesto que si! Pero... ¿Por qué hay personas que no han visitado jamás al psicólogo y van al laboratorio a sacarse la sangre mensualmente y han llevado su carro a todos los talleres de la ciudad? ¿Acaso existe un ser humano inmune a un problema emocional, inmune a situaciones conflictivas y desequilibrantes en su vida? Eso es literalmente imposible. Nadie nace sabiendo cómo lidiar con ciertas circunstancias, nadie permanece tan flemático, apático ni insensible, nadie no siente en toda su vida. Ninguno se encuentra exento de sentir esa “debilidad” emocional o escuchar ese “ruido” que nos hace de vez en cuando nuestra psique y no el carro. Muchas de las causas de ello ─en su mayoría no factuales─ tenemos la más clásica de todas, los mitos que rodean a la psicología; mitos populares que van desde calificar a los psicólogos de ‘magos’ o ‘brujos’ que leen la mente, hasta la falsa certeza de algunos: “el psicólogo es para locos” o “los que estudian psicología terminan locos”. ¿Pero ese es realmente el motivo de la gran desestimación de la labor del psicólogo? Creer que la psicología es menospreciada por muchos debido a falsos y famosos mitos, es ser casi tan incrédulo como ellos mismos. El problema va más allá de lo que se dice, el problema no es solo externo. La mala información, la ignorancia de la labor y las múltiples críticas son apenas algunos de los factores que pueden llegar a desacreditar la labor del psicólogo clínico, pero en sí, estos factores serían más bien la causa de otros factores internos que si descreditan a la psicología ante cualquier otra carrera de la salud y/o ciencias sociales. El mal ejercicio del psicólogo, la mala definición de nuestra labor por nosotros mismos al paciente y al público en general, el ejercer la profesión desconociendo el código de ética y la ley de ejercicio, el conflicto de intereses entre colegas que indirectamente se reflejan en aspectos como la federación de psicólogos en Venezuela, el colegio de psicólogos, y todas las organizaciones del gremio, no hacen más que influir de manera negativa y reflejar informalidad en la profesión.

A pesar de que la I y II Guerra Mundial fueron el gran impulso de la Psicología Clínica, junto a esos esos eventos se fueron asociando disputas y debates que a pesar del gran avance que tuvo la Psicología en general, esos pequeños detalles siguen flotando en el presente. Anteriormente los psicólogos eran netamente investigadores, luego nace el modelo Boulder el cual deduce que la formación delos psicólogos debe ser científico-practicante. En la primera guerra se crean instrumentos para medir las funciones mentales, y allí es donde la Psicología evoluciona, el gobierno procede a invertir en investigaciones y para la segunda guerra vuelven a solicitar a los psicólogos y es allí donde se mantiene ese auge. Para ese entonces los psiquiatras eran los que abordaban trastornos, pero gracias a la Neurosis de Guerra, desbordaron su capacidad de acción y no pudieron tratar a tantos hombres afectos, y es cuando intervienen los psicólogos ejerciendo por primera vez una labor practicante. Luego aparecen los fármacos y los psiquiatras desplazan la psicoterapia y el psicoanálisis por el tratamiento farmacológico.

Ahora bien, la situación actual no se aleja mucho de la historia pasada. Junto a ese gran auge que logro que la Psicología se extendiera, existen cada vez más otros nuevos percances para los psicólogos. ¿Cuánta publicidad no leemos en la calle a diario “Psicoterapia con laser para la ansiedad y el estrés”, cuantas personas no se presentan bajo el calificativo de “psicoterapeutas” de los ángeles, de los mayas, y pare de contar?… ¿Cuántos orientadores, psiquiatras, psicopedagogos, trabajadores sociales y profesores no creen saber aplicar pruebas psicológicas? La realidad es que la psicología es la carrera con mayor intrusión. La evaluación, el diagnóstico y la intervención psicológica son exclusivas del psicólogo, el cual está preparado en su formación de pregrado. La psicoterapia está técnicamente prostituida, ni educadores, ni orientadores, ni psicopedagogos, ni médicos, ni personas con diplomados, ni con especializaciones en psicología están capacitadas para el tratamiento psicológico, al menos que tenga la formación académica. ¿Y de quien es la culpa? Es algo que se nos ha escapado de las manos a los psicólogos en formación y a los psicólogos en ejercicio. Debe ser sancionado cualquier otro profesional que se encuentre prestando servicios que les compete únicamente a los psicólogos. Por el alto costo de los instrumentos, los mismos se han ido pirateando y cualquier persona puede tener acceso a manuales de test proyectivos. Se debe restringir el uso de los mismos y se debe denunciar uso inapropiado. El psicólogo no debe ejercer cualquier otro cargo que no sea de psicólogo. Un psicólogo no es un orientador. El psicólogo debe dejar de ser permisivo con el libre uso de sus herramientas, si el psicólogo acepta el uso irresponsable de un instrumento por otro profesional, está desestimándose a sí mismo. Otro componente que se presta para las criticas es el debate eterno de las facultades ¿La Psicología forma parte de las ciencias de la salud? ¿De las ciencias sociales? La Psicología es saludablemente social y socialmente saludable; forma parte de la salud, usen batas o no, trabajen en hospitales o en otras instituciones, la psicología es una ciencia, y de ella depende el bienestar del hombre, lo que la diferencia de otras, es que trabaja con herramientas sociales. La psicología es ciencia; tiene método, objeto de estudio y teoría, es decir, procesos metodológicos, pero no es exacta, y por eso mismo es tan cuestionada.

El mercado (hablando desde el punto de vista del marketing) o la población (en estadística) de la psicología no es precisamente el más amplio, el mercado abarca todas aquellas personas que consumen ese servicio o que consideran hacerlo. Sera tal vez porque ese servicio que presta el psicólogo no ha cumplido con su objetivo en marketing: definir el servicio. Muchos son los mitos que persiguen a la psicología y la mayoría nace del conocimiento parcial o errado, o de la ignorancia respecto a esta, como ya se mencionó. Aun así, cuando esa preconcepción de “leer la mente” o “saber cómo es una persona con tan solo verla” pudiera favorecer a la carrera creando cierto interés en la misma, la realidad es que también crea dificultades en el campo laboral de la misma puesto que las personas muy fácilmente vinculan la imagen del psicólogo con alguien bohemio, hippie, y demás, y difícilmente acuden a terapia por miedo a ser etiquetados como locos.

El hombre tiene la capacidad de desestimar y/o desconocer la labor del Psicólogo, o puede, por el contrario, idolatrarlo por completo, casi creerlo un superhéroe, pero como sabemos, los extremos y los polos no benefician en nada. Todas esas cosas que van surgiendo y de alguna forma interfieren con el ejercicio del psicólogo, siguen en donde están por la falta de formalidad. La resolución inicia en nuestra formación, la carrera es mucho más importante de lo que creemos, el cómo vestimos, como hablamos y como nos desenvolvemos son ítems cruciales para la persona que tengamos al frente. El psicólogo debe saber cuándo dejar de lado sus emociones, sus ideologías y sus gustos, y ser psicólogo, ya que la vida y la calidad de la misma de una persona puede depender de nuestro desempeño. El psicólogo es el único que puede lograr que una persona salga satisfecha de un consultorio y cambiando totalmente su postura hacia la profesión, o que por el contrario, la reafirme y generalice el trabajo de uno solo. Esto no quiere decir que deba privarse de hacer ciertas cosas o tener sus gustos y pensamientos diferentes, sino saber cuándo ponerse el traje de psicólogo y poner en práctica sus conocimientos, y cuando ser un humano más.

El estudiante de psicología puede fomentar su futura labor empezando a desmontar los típicos esquemas coloquiales de la carrera, entre ellos “aquí estudiar psicología no vale la pena, nadie va al psicólogo” “la psicología no da”. La psicología no es un cajero que tenga que dar o no dar, la psicología es el cómo te ganaras la vida por el resto de ella, si se tiene compromiso y una adecuada preparación en cualquier profesión u oficio, estaremos cada vez más cerca de la autorrealización según nuestras necesidades Debemos acabar con todas las generalidades que la sociedad promulga de la psicología. Casi todos al decidir estudiar psicología, no sabemos con lo que nos vamos a topar, y poco a poco nos vamos dado cuenta de que la psicología no es como la gente común la describe, que ningún profesor te va a enseñar a adivinar que está pensando el otro, y te das cuenta de que es un mundo totalmente distinto, pero un mundo paralelo a muchos. Un mundo que hay que dar a conocer de la forma correcta, un mundo altruista que tiene como misión crear bienestar en el que esté dispuesto a entrar a conocerlo. Como estudiante te das cuenta de que la carrera es muy compleja, siempre estará llena de debates y teorías, llena de blanco, de negro y de grises, llena de poco y de mucho, de todo y nada, concluyes que la psicología esta en cada paso, en cada persona, palabra y hecho, y de que nunca vas a dejar de indagar, investigar y cuestionar, que no basta con saber de memoria una teoría con autor y año sino que tienes que desarrollar muchas habilidades que no poseías y jamás pensaste tener, habilidades que solo se ganan con la práctica. La psicología no es un libro de autoayuda o un test de alguna revista o sitio web, y es nuestro deber definir la labor del psicólogo, defenderla y extenderla, desempeñándonos con seguridad, reconociendo nuestros propios límites y teniendo presente que el psicólogo puede llegar a volverse un modelo y que cada palabra que diga tiene un gran impacto en su paciente, este en su familia y la familia en la sociedad.

Psicología Clínica II.

Realizado por:

Adriana Melchionna.

Maracay, mayo 2014.

Final del extracto de 5 páginas

Detalles

Título
La desmitificación de todo lo que rodea el ejercicio del psicólogo. Un análisis crítico
Subtítulo
Perspectiva individualista y gremial
Universidad
Universidad Bicentenaria de Aragua  (Escuela de Psicología)
Curso
8vo semestre
Calificación
100,00
Autor
Año
2014
Páginas
5
No. de catálogo
V316380
ISBN (Ebook)
9783668151734
ISBN (Libro)
9783668151741
Tamaño de fichero
426 KB
Idioma
Español
Palabras clave
Psicólogo, Psicología, Gremio
Citar trabajo
Adriana Melchionna (Autor), 2014, La desmitificación de todo lo que rodea el ejercicio del psicólogo. Un análisis crítico, Múnich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/316380

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