Reflejo de la violencia escolar en la Juventud Universitaria

Un estudio de corte humanista con visión retrospectiva y propuesta en perspectiva


Tesis Doctoral / Disertación, 2012

254 Páginas, Calificación: Mención honorifica


Extracto


CONTENIDO

Introducción

PRIMERA PARTE

EL PROBLEMA ADVERTIDO Y SU TRATAMIENTO TEÓRICO

CAPÍTULO I IDENTIFICACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA SOCIAL
1.1 Premisas de análisis
1.2 Indicadores sociales de referencia
1.2.1 Generalidades
1.2.2 El estado del arte: La violencia escolar en el mundo
1.2.3 Evidencias de la violencia escolar en México
1.2.4 La situación en Sinaloa
1.3 Definición del problema
1.3.1 Preguntas de análisis
1.3.2 Expresión del problema
1.4 Naturaleza y alcance de la investigación
1.5 Justificación del estudio
1.6 Propósito general

CAPÍTULO II ENFOQUE TEÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN
2.1 De la Psicología del ser humano
2.1.1 La percepción, generalidades del concepto
2.1.2 Categorías de referencia
2.2 De la esencia social del ser humano y su desarrollo como persona
2.2.1 La actitud, la conducta y los comportamientos
2.2.2 El temperamento, el carácter y la personalidad
2.2.3 Agresión, violencia y conflicto
2.2.4 El Bullying como fenómeno social

SEGUNDA PARTE

METODOLOGÍA Y TRATAMIENTO DE DATOS E INFORMACIÓN

CAPÍTULO III MÉTODO DE ANÁLISIS E INVESTIGACIÓN
3.1 Criterios metodológicos utilizados
3.1.1 El método mixto
3.1.2 El método cualitativo
3.1.3 El método cuantitativo
3.1.4 La fenomenología
3.1.5 La longitudinalidad del proceso
3.2 Objetivos específicos del estudio
3.3 Hipótesis o supuestos de investigación
3.4 Características de los sujetos bajo estudio
3.4.1 Indicadores de orden escolar y académico
3.4.2 Perfiles y rasgos de personalidad
3.5 Instrumentos de medición y estudio
3.5.1 De significados actuales sobre agresión y violencia escolar
3.5.2 Experiencias de agresión y violencia escolar en la escuela secundaria
3.5.3 Algunas conductas que sugieren formas de agresión y violencia dentro del contexto escolar del bachillerato
3.6 Etapas del proceso de investigación
3.6.1 Prueba piloto y elección de los sujetos bajo estudio
3.6.2 Aplicación de los instrumentos

TERCERA PARTE

ANÁLISIS DE RESULTADOS Y EVIDENCIAS PARA DISCUSIÓN

CAPÍTULO IV ANÁLISIS DE RESULTADOS
4.1 Respecto a los significados sobre la agresión y la violencia escolar
4.1.1 Justificación y propósito del instrumento
4.1.2 Análisis de resultados positivos de los significados
4.1.3 Análisis de resultados negativos de los significados
4.2 Respecto a las experiencias de agresión y violencia vividas
4.2.1 Importancia de recordarlas
4.2.2 Tipos de agresión y violencia registradas
4.2.3 El perfil del agresor
4.2.4 El perfil de la víctima
4.3 Agresión y violencia dentro del contexto del bachillerato
4.3.1 Justificación del análisis en este contexto educativo
4.3.2 La estructura del instrumento y resultados generales
4.3.3 Manifestaciones de violencia física
4.3.4 Manifestaciones de violencia verbal
4.3.5 Manifestaciones de violencia social
4.3.6 Expresiones de violencia psicológica
4.3.7 Análisis comparativo

CAPÍTULO V EVALUACIÓN, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5.1 Consideraciones previas
5.2 Evaluación del proceso de investigación
5.3 Respuesta a las preguntas que definen el problema a investigar
5.4.1 La violencia en la escuela secundaria
5.4.2 La violencia en el bachillerato
5.4.3 A manera de epílogo
5.5 Recomendaciones generales
5.6 Corolario

REFERENCIAS

A. Bibliografía

B. Libros Electrónicos

C. Sitios de Internet con Referencias científicas:

D. Otros sitios de Internet libres

ANEXO DOCUMENTAL

INDICE DE GRAFICAS Y CUADROS

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Frases célebres:

“La espiral de la violencia, solo la frena el milagro del perdón.”

Juan Pablo II.

“Sin amor, la sociedad se encuentra en estado muy crítico, y sin el, nos enfrentamos cada vez más en el futuro a graves problemas. El amor es el centro de la vida humana”

Dalai Lama.

“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos.”

Martín Luther King.

“Toda experiencia que nos obliga a mirar el miedo cara a cara, hace crecer nuestra fuerza, nuestro valor y nuestra confianza. Nos permite decir: He sobrevivido a esta terrible experiencia. Estoy en capacidad de manejar lo que venga.”

Eleanor Roosevelt.

Primera dama de EEUU (1933-1945)

“Mientras que la agresividad es instintiva, la violencia es cultural y, por lo tanto, se puede prevenir educativamente. La violencia se produce cuando no se ha aprendido a controlar la propia agresividad a la del otro. La violencia es una manifestación posible del conflicto pero no una consecuencia inevitable del mismo. “

Juan Carlos Torrego.

Educador Español

Dedicatorias

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Presentación

El presente trabajo de investigación, se inscribe dentro del marco de estudio de la teoría humanista de Carl Rogers, la que se conoce como la tercera fuerza dentro de la psicología como disciplina científica, ya que el tema de análisis, que está referido a la violencia escolar, implica el estudio de las conductas, las motivaciones y las formas de comportamiento de los jóvenes que asoman en su pubertad a la reafirmación de si mismos como personas.

Carl Rogers, precursor de esta corriente, propugna la tesis de que el ser humano nace con una tendencia actualizante, de ahí que el desarrollo de su personalidad sea el resultado de las motivaciones del “self” (el sí mismo) organísmicamente hablando frente a las condiciones del medio ambiente, ya que la realización del yo es una de las principales fuentes de motivación, junto a las necesidades del organismo y las condiciones del ambiente; en tanto que a pesar de las condiciones del medio ambiente sean favorables pero no exista una fuerte motivación del individuo para su realización, esta se verá frustrada y sufrirá procesos de inadaptación socialmente hablando, lo que condicionará una personalidad disfuncional frente a las instancias de socialización donde interactúa.

Muchos de los aspectos referidos a la madurez emocional y la adaptación del individuo hacia su entorno, empiezan a tener mayor sentido en la etapa de la pubertad y la adolescencia temprana, período en el que educativamente hablando se encuentran en la etapa de ser estudiantes de secundaria, espacio de vida en el cual, también se caracterizan por ser más arriesgados en sus conductas o por decirlo de otra manera, miden menos los peligros a los que pueden enfrentarse, y por lo mismo, en ocasiones dan la impresión de que son proclives a manifestaciones agresivas, cuando en realidad son actitudes producto del desarrollo primigenio de la personalidad de los niños o jóvenes que despiertan a la vida y que canalizan sus inquietudes por medio de la violencia, sobre todo la relacionada con manifestaciones de supremacía y que se da de igual manera en la casa, en el barrio o en la escuela, como centros de interacción social de los mismos.

Desde siempre este tipo de violencia dentro de la escuela, ha sido tratado de manera muy variada por parte de los profesores y directivos, algunas veces con medidas disciplinarias muy laxas con llamadas de atención ligeras, otras tantas, con castigos más severos e involucrando a los padres de familia, y en algunos casos, soslayando la existencia del problema. Con relación a esto último, Vernieri (2010), señala que:

“…las escuelas se esforzaban por dejar todo lo feo o lo malo afuera, con el objetivo, consciente o no, de proteger el ámbito para poder cumplir con su función de educar, se pretendía una escuela limpia de realidades desagradables y quizás, aún sin darse cuenta, se gastaba una gran cuota de energía para conseguirlo.”

Fue quizás por esta actitud tolerante frente al problema por parte de la escuela, que en nuestro país, desde los años ochenta o noventa y los que van del presente siglo, la violencia escolar se presenta cada vez de manera más generalizada en nuestro medio social, e incluso ha evolucionado en grado y magnitud hasta lo que hoy se conoce como bullying, como un reflejo, tal vez de lo que se vive en sociedades más avanzadas que la nuestra, refiriéndonos a países de Europa o Estados Unidos, desde donde y merced a los adelantos en los medios de comunicación e información, incluyendo a las llamadas redes sociales, han venido permeando nuestras ideologías y culturas.

El tema de estudio de la presente investigación, está referido al análisis de tres vertientes, una referida a la estructura de significados que actualmente tienen los jóvenes sobre aspectos relacionados con la violencia y los componentes de la personalidad entre otras variables; otra más, que tiene que ver con las experiencias objetivas y subjetivas que sobre violencia escolar primigenia vivieron los jóvenes estudiantes universitarios, en sus etapas escolares precedentes y la tercera, orientada a averiguar si existe o no relación de éstas experiencias con las conductas distorsionadas en sus relaciones interpersonales y en el cumplimiento de sus responsabilidades y obligaciones como estudiantes de nivel superior.

La estructura del estudio está dividida en tres partes perfectamente definidas y a su vez, cinco capítulos en orden secuencial, y dentro de ellos, con numeración continua cada uno de los incisos que los componen. La primera parte, está referida a describir la definición del problema y su tratamiento teórico y está compuesto de dos capítulos, el primero orientado a describir el marco de referencia e identificación de la problemática social, y el segundo a definir el enfoque teórico de la investigación, que es abordada desde dos ámbitos, uno relacionado a la psicología del ser humano, y otro a la esencia social del ser humano y su desarrollo como persona, es decir, por un lado lo que pasa por su mente y define sus conductas y por el otro, como actúa e interactúa dentro de las instancias de socialización en las que se desenvuelve.

La segunda parte, está dedicado exclusivamente a la descripción del método y al tratamiento de los datos y la información, y contiene un solo capítulo, el tercero, donde se describen los criterios metodológicos utilizados, los objetivos generales y específicos y los supuestos de la investigación planteados a manera de hilos conductores del proceso investigativo.

La parte tercera, es el que hace referencia al análisis de los resultados y la discusión de las evidencias, incluyendo para ello, dos capítulos, el número cuatro, dedicado solo al análisis de los resultados obtenidos a través de los instrumentos aplicados con evidentes referencias de otros autores que han analizado el mismo fenómeno y las conclusiones generales que sirven como epílogo al trabajo de investigación.

Introducción

La idea de la presente investigación, nace de una experiencia real vivida a principios del ciclo escolar 2008-2009, en la Universidad de San Miguel. Esta fue una situación inédita, pues en casi 19 años de haber sido fundada, nunca había sucedido algo similar. Los hechos fueron, en síntesis, los siguientes:

“Un grupo de alrededor de tres o cuatro jóvenes de nuevo ingreso, entre juegos y bromas, combinados con burlas, hacían sentir mal a otro joven que en apariencia era más débil y menos extrovertido, quizá por venir de otro estado del país. Sin embargo, llegó el momento en el que el joven que era objeto de las burlas, decidió enfrentar el problema y en cierto momento del receso, siendo objeto de maltrato, le dio un empujón a uno de los agresores, quién se cayó al piso y acto seguido, fue sujeto de burla de parte del resto de sus compañeros. El orgullo herido del joven agresor que había recibido una inesperada lección de otro aparentemente más débil, fue el detonador para que al salir de clases y en compañía de otros compañeros, buscara agredir cobardemente al joven que se había defendido, pues –según él-, tenía que pagar su osadía de haberse defendido. La situación no llego a mayores, pues hubo una intervención a tiempo de parte de la autoridad de la escuela, iniciando una investigación para deslindar las responsabilidades y concientizar que no son prácticas propias de jóvenes en formación universitaria. Sin embargo, los hechos habían sucedido, fueron reales, y en los meses posteriores no ha vuelto a presentarse esta situación de agresión y violencia en las inmediaciones de la Universidad. El problema aparentemente fue resuelto.”

A pesar de que no se llegó a consecuencias mayores en el problema antes descrito, quedaron una serie de interrogantes sin respuesta, entre las que sobresalen las siguientes: ¿Por qué la actitud violenta frente al más débil?, ¿Qué antecedentes de violencia ha vivido el joven agresor en sus etapas escolares anteriores? ¿Qué problemas reales de autoestima subyacen en su vida interior? Estas preguntas aún siguen sin respuesta, sin embargo, como preámbulo de la investigación de las mismas, mediante el presente trabajo de tesis se busca describir y entender algunas de las causas que propician este fenómeno conductual dentro de las escuelas de nivel básico y que repercuten en los niveles subsiguientes.

Se ha elegido el tema de la violencia escolar para la elaboración de la tesis doctoral en Desarrollo Humano, por el simple hecho de que además de ser una conducta social generalizada y poco estudiada en nuestro medio socio cultural, es también una clara manifestación de un proceso embrionario de un desarrollo humano desequilibrado en los niños y jóvenes y por lo mismo, un antecedente de una sociedad también desequilibrada en sus relaciones sociales frente a las diversas instancias de socialización existentes.

A lo largo del desarrollo de la psicología, algunos autores que han estudiado la conducta humana desde distintos ángulos, afirman que la personalidad de los individuos es por una parte, el resultado de factores hereditarios, además de una gran variedad de procesos de aprendizaje y condicionamiento social, lo que significa que la violencia que se manifiesta en las escuelas por parte de los niños que despiertan a la pubertad, es motivada por aspectos derivados de necesidades no satisfechas, como sería su afirmación de género o bien, la necesidad de afecto que no reciben en el entorno familiar, situaciones que a la postre, si no son asumidas como conductas eventuales, pueden trastocar aspectos de la personalidad en etapas posteriores de adolescencia, juventud y madurez.

Abordar este tema desde el aspecto específico de la percepción de los mismos actores en su edad universitaria, tiene un significado muy especial para quién investiga, en virtud de que los hallazgos y evidencias encontradas, ayudarán a explicar muchas de las actitudes y conductas que asumen los estudiantes a partir de su ingreso a la universidad, las que por lo general, son manifestaciones de faltas de respeto entre ellos mismos o con los profesores ya sea dentro del aula o en los pasillos en los momentos de receso; así como también, actos que pueden calificarse como vandálicos al destruir parcialmente pupitres u otra clase de mobiliario y equipo e incluso, golpes en las paredes de las aulas.

En la universidad, se percibe que por lo general, aquellos estudiantes que protagonizan algunas de las conductas antes señaladas, son los que reportan bajas calificaciones, acumulación de faltas y deficientes hábitos de estudio, lo que de alguna manera, repercute en su rendimiento escolar a diferencia de aquellos estudiantes que por lo general son de mejores calificaciones y cuyo comportamiento es ejemplar.

La experiencia nos dice que este fenómeno, se pone de manifiesto en mayor medida en los jóvenes varones que en las mujeres, ya que estas últimas se comportan con mayor mesura y poseen mejores hábitos de estudio, sin embargo, el presente estudio buscará evidencias en ambos géneros, que expliquen la relación entre sus manifestaciones de carácter, conductas, comportamientos y rendimiento escolar actuales, con los roles de agresor, víctima o testigo que jugaron en su pubertad y adolescencia en la secundaria y bachillerato.

Conocer esto, permitirá establecer, dentro de la universidad, programas de diagnóstico temprano en relación al perfil de la personalidad de los alumnos de nuevo ingreso, así como programas de intervención en materia de desarrollo humano, a favor de los jóvenes estudiantes, con el fin de apoyarlos en la definición de su proyecto de vida y con ello, egresar profesionistas con una mejor actitud ante el mundo laboral.

PRIMERA PARTE EL PROBLEMA ADVERTIDO Y SU TRATAMIENTO TEÓRICO

CAPÍTULO I IDENTIFICACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA SOCIAL

1.1 Premisas de análisis

La agresión y la intimidación que sufren los niños en la escuela primaria y secundaria, por parte de sus compañeros que abusan de su condición de más fuertes, es uno de los problemas cuyos efectos frente a su integración a la vida social, empiezan a ser estudiados, sobre todo en países del llamado primer mundo, y en mucha menor proporción, en países como el nuestro, a pesar de que sus manifestaciones son evidentes, sobre todo, en las ciudades de mayor concentración poblacional. Es por ello que aún no se vislumbran soluciones factibles tanto desde los grupos familiares, de los distintos niveles de autoridad de las escuelas y del sistema escolar del estado.

Habría que aclarar que las formas de agresión más recurrentes y menos graves pero no por ello menos importantes por sus secuelas, son la burla, los apodos, la descalificación y la marginación de los niños y niñas de parte de sus propios compañeros, así como también, la ridiculización o amenazas de parte de profesores a los alumnos, y las calificadas como violentas, que implican pleitos, retos, demostraciones de fuerza, golpes e iniciaciones a grupos de pandillas. Algunos autores que fueron consultados en sus artículos publicados de manera libre en la Internet, señalan que muchos de los casos más severos y calificados como agresiones de alto impacto, son cuando los niños y niñas sufren vejaciones en su intimidad y son forzados a mantener relaciones íntimas inadecuadas.

En cada una de estas formas de violencia, los roles más generalizados que viven los niños o niñas involucradas, son la de agresor, la de agredido o la de testigo; y entre estas, las variantes son muchas, ya que de ser simplemente testigo puede vivir cualquiera de las otras, y quién es agredido, no está exento de convertirse en un agresor frente a compañeros más débiles.

En cualquiera que sea el rol que les toque jugar en la época de su infancia hasta la pubertad en su etapa de educación secundaria, el niño desarrolla una serie de actitudes que pueden llevarlo por diversos caminos a partir de su adolescencia, y en el menos peor de los casos, a desarrollar una personalidad inmadura que repercuta en la conformación de su proyecto de vida; cuyas manifestaciones en su etapa de estudiante universitario, pueden ser el bajo rendimiento escolar y la falta de un proyecto de vida adecuado; acompañado de conductas agresivas frente a su entorno social y familiar, ni que decir de la posibilidad de que en su vida adulta sean personas inadaptadas, socialmente hablando.

De ahí que el presente estudio, aborde el problema desde una perspectiva de los efectos que tienen tanto la agresión como la violencia escolar, en la vida de los jóvenes estudiantes, cuyas secuelas se manifiestan de manera diversa pero que en esencia, tienen que ver con el carácter y las formas de reaccionar ante situaciones adversas, así como en la construcción de un proyecto de vida, entendido este como el fruto de una personalidad madura forjada en una serie de valores dentro del hogar y la escuela, que condicionan al ser humano a cumplir con el principio establecido por Rogers, relacionado con el autodesarrollo a través del ejercicio de sus potencialidades innatas.

1.2 Indicadores sociales de referencia

1.2.1 Generalidades

En un informe elaborado por un amplio grupo de expertos (Salomaky et-al 2001)[1] / bajo la coordinación de la Comisión Europea, se puede leer que las causas que generan la violencia escolar, son de carácter multifactorial, ya que inciden en su manifestación, una gran variedad de fenómenos de carácter social que se dan tanto hacia el interior de los actores de la misma, como en el entorno de sus vidas. Así, señalan como causales internas a ellos mismos, la crisis de valores en las familias, el abandono de los hijos por necesidades de sobrevivencia, la falta de oportunidades de trabajos bien remunerados así como el desempleo prevaleciente; ni que decir de la falta de límites en el hogar, el exceso de alcohol y otros estimulantes, la pérdida de valores, la situación política, económica y social, la influencia de la televisión, entre otros, pero lo importante es destacar que ninguno de estos factores es, por sí solo, causa de violencia en los individuos.

Esta realidad es por lo general, consecuencia de una combinación de factores que generan una descarga violenta, aunque también, habría que decirlo, podría existir en el individuo, una predisposición personal a desencadenar hechos de esta magnitud. Estas situaciones traen consigo una serie de consecuencias para la salud y el comportamiento de los alumnos que son víctima de la violencia escolar que conviene estudiar, si lo que se busca es la convivencia dentro de una sociedad sana en todos los sentidos.

En el mismo estudio europeo, se señala que tanto la agresión como la violencia no llegan solas a la vida de los niños que despiertan a su pubertad y adolescencia, sino que son el resultado del sinnúmero de referentes sociales catalogados como comportamientos de riesgo a los que están expuestos estos niños, y donde destacan el abuso de sustancias nocivas, el ausentismo escolar, las relaciones sexuales prematuras, e incluso la falta de estímulos para la definición de un proyecto de vida. Se destaca que si bien es cierto que las experiencias de agresión y violencia traen como consecuencia problemas de salud en los adolescentes, tanto en lo físico como en lo emocional, es igualmente cierto que se genera un círculo perverso, pues en ocasiones, son los problemas de salud los que pueden llevar a las personas hasta la violencia.

Es importante señalar que la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones no forma parte de una infancia o adolescencia normales ni constituyen un proceso de fortalecimiento por el que deban pasar todos los niños y jóvenes, en cambio, sí pueden provocar graves daños físicos y afectivos al niño sometido a ellos.

Por lo anterior, es que como conclusión a priori, podemos decir que una de las medidas más importantes para solucionar, y en algunos casos prevenir la violencia escolar, está en manos de la escuela y la familia, donde juntos el profesorado, y los padres de familia, están obligados a abordar con objetividad y responsabilidad dicho problema.

La manifestación de conductas agresivas y de violencia en la escuela, tiene múltiples facetas, sin embargo, se pueden tipificar algunas como las siguientes: Verbales. Insultos, humillaciones o amenazas, Físicos. Golpes, zancadillas, pinchazos, patadas, o bien hurtos o estropeo de los objetos propiedad de la víctima, S ociales. Exclusión, ninguneo, difusión de rumores y calumnias contra la víctima, Psicológicas. Acecho, o gestos de desprecio o agresividad dirigidos contra la víctima, sobre todo cuando se dan de manera repetida y deliberada.

Todas estas manifestaciones de violencia son las que subyacen en el contexto del sistema escolar de nuestro país, y no son exclusivas de escuelas públicas o privadas, o de niños cuyos hogares son de cierto nivel socioeconómico y cultural, pues la información que reciben del entorno y de los medios de comunicación, ya sean periódicos o programas televisivos, que impactan de igual manera a todos los niños.

Al respecto, Benny Cruz Zapata (2007) periodista del Estado de Tamaulipas especializada en asuntos de violencia de género e interfamiliar, publicó en un blog intitulado “La mirada de Jokin”[2] /, un artículo donde señala que:

“…el maltrato entre escolares se diferencia de las burlas, tomaduras de pelo, juegos bruscos y peleas características del patio de colegio, en que en el caso del maltrato la conducta es continua y el agresor, por lo general, es más grande, más fuerte y más poderoso que la víctima. El poder del agresor puede deberse no sólo a la superioridad física, sino también a que los otros niños se pongan de su lado, muchas veces con el objeto de protegerse a sí mismos. Es un hecho que el maltrato escolar se da de manera cotidiana en los planteles, aunque ante él, cierren los ojos los maestros, las autoridades y en ocasiones hasta los padres de familia. Queda claro que la violencia detrás de los muros escolares es una realidad, y aunque la resistencia de su existencia por parte de las autoridades es evidente, los alumnos la ponen en evidencia.”

En el mismo blog, hay un testimonio de un alumno que expresó:

“…Los maestros nos creen tontos pero no es así, yo una vez leí que la indiferencia también es una forma de maltrato, de violencia, porque también nos deja huella y nos lastima. Que un profesor nos descalifique delante de los demás, que se burle de nosotros, que nos rechace, que incluso obstaculice en lugar de impulsar nuestro aprendizaje, es también una forma de violencia psicológica. (Testimonio de Tomás Sánchez Gutiérrez, alumno de tercer año de la Escuela Secundaria Federal No. 1, Ciudad Victoria)”[3] /

1.2.2 El estado del arte: La violencia escolar en el mundo

Un tema que en los últimos años y en la mayor parte del mundo civilizado ha venido acaparando las notas periodísticas y la atención de sociólogos, psicólogos, profesores y terapeutas familiares, entre otros, es el de las manifestaciones de la violencia de los niños en las escuelas. Esta preocupación, ha generado en algunos sectores sociales la necesidad de iniciar procesos de estudio de largo alcance, con el fin de establecer medidas correctivas tendientes a su control y erradicación a través de políticas educativas dirigidas especialmente en los niveles de la educación básica.

Como antecedente podemos señalar que en el año 2002, se celebró el Primer Coloquio Mundial de Violencia Escolar, donde se reunieron expertos de 26 países, entre los que figuraban Alemania, Holanda, Estados Unidos, Gran Bretaña, España, Brasil, Argentina, Chile y México, y donde participaron alrededor de 400 especialistas en el tema. El objetivo de dicho encuentro internacional fue comparar los fenómenos de violencia escolar y la forma en que se abordan las soluciones en cada uno de estos países.

Eric Debarbieux,[4] / profesor e investigador de la Universidad de Bordeaux, Francia y Director del Observatorio de la Violencia en la escuela experto en esta problemática social, fue el organizador del coloquio antes señalado, y entre otras cosas expresó que la violencia en las escuelas es un problema de nuestras sociedades globalizadas, precisando además, que hay evidencias de que en los Estados Unidos de Norteamérica, es donde han tenido lugar la mayor cantidad de actos graves de violencia, siendo también el país donde se encuentran iniciativas locales tanto en Harlem o el Bronx (Nueva York), donde hay escuelas controladas por madres de color y que en su gran mayoría viven solas.

Por su parte, en el mismo Coloquio, el sociólogo brasileño Luis Alberto Oliveira Goncalves, profesor en la Universidad de Belo Horizonte, afirmó que la violencia escolar es un problema que concierne a todo el mundo y no es exclusivo de los países ricos o los países pobres. Hizo énfasis además, en el hecho de que a menudo en su país, la violencia escolar está vinculada al crimen organizado, razón por la cual, se han adoptado medidas de prevención para los niños de los barrios marginados, (las favelas) con el fin de que recuperen la autoestima, involucrándolos desde muy pequeños en actividades artísticas con el fin de mostrarles que la vida dentro de la violencia no es su única opción, sino que hay otras cosas por la cuales vivir y ser felices.

En otro orden de ideas, pero dentro del mismo tema, la Dra. Araceli Oñate (2006), en coordinación con el psicólogo e investigador Iñaki Piñuel, publicaron un libro intitulado: “Acoso y violencia escolar en España”, conocido como Informe Cisneros, que resume los resultados de un estudio realizado en casi 25 mil niños de edad escolar en todas las provincias españolas. Entre las conclusiones del estudio, se señala que:

“…el 23,3% de los estudiantes españoles, es decir, casi uno de cada cuatro, es víctima de sus compañeros y sufre agresiones u hostigamiento psicológico que pueden dejar graves secuelas de por vida en la víctima, y forjar futuros delincuentes entre los acosadores escolares”.

La muestra fue aplicada en niños desde segundo curso de Primaria (7 u 8 años) hasta Bachillerato (16 a 18 años), de más de 1,150 aulas completas en catorce comunidades autónomas, y sus conclusiones dejan pequeñas todas las estimaciones previas sobre el alcance del fenómeno.

Ya se señaló que las tradicionales manifestaciones de violencia en la escuela, ha venido evolucionando a tal grado, que hoy en día se ha convertido en una patología social denominada bullying. Al respecto, el Doctor Elías Arab, (2008)[5] / psiquiatra clínico de la Universidad de Chile, escribió un estudio científico sobre este problema en el que resalta que:

“…se habla de bullying cuando un alumno (o un grupo) más fuerte intimida o maltrata en forma repetida, de manera intencionada y a lo largo del tiempo, a un compañero más débil y que está indefenso. Requiere que haya abuso de poder, repetición en el tiempo. El maltrato se ejerce a través de diversas conductas, como amenazas, intimidaciones, agresiones físicas, aislamiento sistemático o insultos.”

Este mismo fenómeno fue originalmente descrito por Dan Olweus[6] / en el año 1970, en Noruega, Suecia, y ha sido el parteaguas para estudios posteriores en todo el mundo. Actualmente, en Chile se ha demostrado que cerca de 45% de los alumnos participa en un grupo que molesta a un compañero solo y 27% suele comenzar una pelea con otro compañero, según un estudio de la Universidad Católica.[7] /

1.2.3 Evidencias de la violencia escolar en México

El Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología, realizó su XXXVI Congreso Nacional con el tema: “Un encuentro para la expresión sin fronteras” y en el cual, se presentaron 254 trabajos tanto en forma de conferencias especiales, simposios y trabajos libres y cuyas temáticas principales fueron: Psicología de la salud, Psicología educativa, violencia, psicoanálisis, Psicología social, Burnout, y neuropsicología entre otras.

Dentro del mismo, las investigadoras Méndez Martínez Silvia Larisa y Tello Varela Belinda Maricruz, presentaron un interesante trabajo intitulado: “Modelo de Prevención ante las pautas de Interacción”, en el cual reconocen, que la sociedad en general, no está estructurada para atender el fenómeno de la violencia en la escuela, ya que en los núcleos familiares existe polarización económica, transformación de valores, estilos de vida saturados y poco espacio para la convivencia familiar. Señalan además que:

“La violencia como fenómeno generalizado de la vida cotidiana ha dejado de ser un asunto privado y ha transitado a un hecho del orden de lo público, Sobre esto tenemos conocimiento a través de notas periodísticas, y las páginas Web que representan el escaparate idóneo para compartir con propios y extraños las hazañas de violencia contra compañeros de la escuela y conocidos. Riñas dentro y fuera de las instalaciones de las escuelas, en la vía pública y a plena luz del día, en ausencia y presencia de las autoridades competentes –padres de familia, profesores, directivos e incluso, oficiales de policía- son hechos cotidianos y frecuentes que ponen al descubierto la violencia en las interacciones entre jóvenes, independientemente del contexto, revelando otros cánones y estilos convivencia entre la juventud, ya sean compañeros de clase, hermanos, amigos o pareja.”

Ponemos de ejemplo lo anterior, ya que este tema apenas empieza ha ser estudiado y tratado de manera amplia en nuestro país, sin embargo, así como la publicación de algunos resultados y conclusiones del congreso antes mencionado, existen evidencias documentadas de estudios preliminares y notas periodísticas donde se señalan acciones y se explican algunas causas de este fenómeno en algunas escuelas del país.

En los últimos años, la Comisión de Derechos Humanos, la Administración Federal de Servicios Educativos para el Distrito Federal, y el Observatorio Ciudadano de la Educación auspiciado por la UNAM, han participado desde 1990, tanto de manera directa como indirecta, en la promoción y divulgación de diversos estudios sobre este tema, con el firme interés de que poco a poco se vaya conformando a nivel nacional, una masa crítica lo suficientemente grande como para incidir en la prevención y las soluciones dentro del sector educativo.

Precisamente en un breve informe de las conclusiones de un 11º Debate educativo con el tema de violencia escolar, publicado por el Observatorio Ciudadano de la Educación[8] /, se expresa que ya existen en el país algunos pronunciamientos públicos recientes que señalan las difíciles condiciones en las que sobreviven algunos alumnos, ya sea por el castigo y maltrato de los docentes o entre los mismos alumnos, haciendo referencia a parte de las conclusiones del “Tercer parlamento de los niños y las niñas de 2005”, celebrado como una manifestación en contra de la violencia, donde puede leerse que:

“…en nuestros planteles educativos son varios los docentes que practican castigos para corregir malas conductas, argumentando que son medidas utilizadas por el propio bien de los niños, sin evaluar en algún momento si esos castigos y la violencia empleada han corregido efectivamente a alguien.”[9] /

Algunas otras evidencias de violencia extrema, pueden verse en estudios publicados por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa, como el de la investigadora Martha Patricia Prieto García (2005), que reseña que:

“…cuatro alumnos de secundaria, el 14 de febrero, fueron por una compañera para ir a una fiesta de la cual no regresó. A las setenta y dos horas después, fue localizada aún con vida por la policía semienterrada y con lesiones de ultraje. Los agresores hicieron su declaración a la prensa y dijeron que era una presumida y que los quería ningunear. Estos estudiantes fueron confinados en el centro de rehabilitación para menores infractores.”[10] /

Por otra parte, un estudio de dimensiones transversales y de largo alcance que fue realizado por los investigadores María Antonieta Aguilera García, Gustavo Muñoz Abundez y Adriana Orozco Martínez, (2007) todos ellos del Instituto Nacional para la Evaluación en México, (INEE) cuyos resultados fueron publicados en el 2007, muestran la realidad que se vive en la escuelas primarias y secundarias del país, donde las manifestaciones de violencia, incluso ya rebasan los límites de la escuela y llega a las calles de las colonias y barrios de las principales ciudades del país. Dicho estudio, ha sido publicado bajo el titulo de “Disciplina, violencia y consumo de sustancias nocivas a la salud en escuelas primarias y secundarias de México”, estudio en el cual , se señala que:

“…Se proporcionan datos puntuales sobre la magnitud de la violencia en las escuelas primarias y secundarias del país según la viven y la reportan los propios alumnos y docentes. El estudio es valioso, entre otras cosas, porque permite dimensionar en el sentido de representar su incidencia de manera general y con una perspectiva transversal el problema de la violencia en los planteles de educación básica de todo el país, además de que ofrece descripciones de lo que sucede en algunas escuelas secundarias específicas, integrando resultados de un acercamiento de gran escala (cuantitativo) con los de una aproximación de pequeña escala (cualitativo). Asimismo, los resultados de dicho trabajo invitan a reflexionar cuidadosamente acerca de una variedad de implicaciones en distintos aspectos asociados y sirven para estimular la reflexión sobre el tema en el contexto de las escuelas mexicanas.”[11] /

Eduardo Delgado Gurrola, (2007) Coordinador de la Red de Escuelas Asociadas de Tamaulipas y del Programa Cátedras de la UNESCO, con sede en Ciudad Victoria Tamaulipas, señaló en entrevista periodística que:

“…La violencia escolar es una constante en las escuelas de Tamaulipas, es un mal persistente que llama a la atención inmediata a la suma de esfuerzos institucionales, de padres de familia, de sociedad civil, pues son los centros escolares los formadores de los seres humanos, que si bien es cierto, en primera instancia deben de recibir en sus hogares un cúmulo de valores, es en la escuela en donde deber de ser reafirmados”[12] /

Rolando Cruz García, Doctor en Ciencias de la Educación y Maestría en Investigación y Administración de Instituciones Educativas, señala en una publicación reciente sobre los tipos de la agresión escolar, que las investigaciones sobre acoso escolar en México son muy escasas y los problemas de indisciplina y violencia no se han reportado en ningún estudio formal (Velázquez, 2005), por lo que no se tienen datos específicos sobre el acoso escolar en nuestro país.[13] /

En Nuevo León por ejemplo, no existen estadísticas de la Secretaría de Educación Pública sobre el acoso escolar (bullying); sin embargo, cuatro de cada diez adolescentes sufren algún tipo de hostigamiento psicológico o físico cuando asisten a la escuela, de acuerdo con los hallazgos del doctor Luis A. Lucio López, catedrático de la Preparatoria 16 de la Universidad Autónoma de Nuevo León, quien realizó una investigación con 1,600 estudiantes de nivel medio superior. Aunque no se tienen datos precisos sobre el acoso escolar en el centro del país y el resto de los estados, se han presentado situaciones que indican que no estamos exentos de padecerlo, por lo que es necesario estudiar este fenómeno y actuar en consecuencia. Por ejemplo en la ciudad de Monterrey, se han presentado ciertos eventos entre escolares en los que se ha visto confirmada la importancia y urgencia de intervención en este sentido. El 22 de febrero de 2007 algunos estudiantes de primero de secundaria de un colegio particular, vandalizaron la casa de uno de sus compañeros. Este hecho es narrado así:

“...Dieciocho niños entraron a hacer destrozos a mi casa. Se les pidió que se fueran y no obedecieron. Desde tirar cosas y tumbar muebles, hasta orinar y meter excremento en botes y embarrarlo dentro de la casa. Comentó el padre del niño en una nota del periódico El Norte publicada el 7 de marzo (Castañeda, 2007). Este suceso ha causado revuelo en los colegios, las familias y la comunidad en general, por lo que se han publicado diversos artículos concernientes al tema del acoso escolar.”

En Diciembre de 2007, la revista científica “Medigraphic, Artemisa en línea”, publicó un abstract como artículo de investigación, de un trabajo exploratorio realizado por la doctora Isabel A. Valadez Figueroa y por el Maestro en Ciencias Noé González Gallegos, ambos investigadores en el campo de la salud, ella con especialidad en Ciencias Sociomédicas en el Instituto Regional de Salud Pública, y él, en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara, bajo la premisa de que la escuela será una experiencia gratificante y positiva de acuerdo y en función del ambiente que logren crear tanto alumnos como profesores. El estudio se realizó en seis escuelas oficiales, tanto de nivel secundario como de bachillerato, donde los sujetos bajo estudio fueron alumnos seleccionados al azar en igual número de género. El estudio fue de corte cualitativo utilizando diario de campo y audio grabación de las entrevistas, diferenciando la información por niveles educativos.

De los resultados se destaca el hecho de que los alumnos mencionan que la violencia y la agresividad están presentes en las relaciones de compañeros y que son las formas que prevalecen en el ámbito escolar. Es un “todos contra todos” con episodios de carrilla por un tiempo para algunos y luego para otros y así sucesivamente, sin explicar el por qué dejan a unos y arremeten contra otros sin distinción de género.

De manera textual señalan que los alumnos reconocen la existencia del maltrato en mayor o menor grado, quienes lo expresan así:

“Aquí se respira agresividad por todos lados, de una u otra forma, a todos nos ha tocado ser víctimas…hay unos que se la pasan molestando a otros, les dicen cosas, los pelean, les roban, les tocan las partes íntimas, los agarran de bajada […] todos al principio de año molestamos a uno, los grandes molestan a los chicos, los de segundo a los de primero.”

Los autores reconocen y documentan los siguientes tipos de agresiones: Físicas, donde prevalecen los empujones, los jaloneos, los pellizcos, los coscorrones entre otros. Verbales, las que incluyen burlas, críticas, apodos, insultos, choteo, recados obscenos, por celular, por señalar tan solo algunos. Psicológicas, donde sobresalen el rechazo, la ridiculización, la discriminación, las amenazas, la marginación, los chismes y rumores, y todo aquello que socave la autoestima, su seguridad y autoafirmación. Sexuales, las que fueron reconocidas y mejor detalladas por las jovencitas, como, acercamientos libidinosos, besos morbosos, frotamientos en partes íntimas, mostrar imágenes pornográficas, entre otras situaciones de igual importancia. Además de las manifestaciones anteriores, describen daños a la propiedad como robo de dinero, de plumas y lápices, de instrumentos de estudio entre otros.

De acuerdo con los autores, las manifestaciones de violencia están presentes en todas las escuelas de múltiples formas, ya que esta ha dejado de ser una expresión de incidentes esporádicos para convertirse en una realidad multiforme, diversa, cambiante y presente en las interacciones que se dan diariamente entre los alumnos.

1.2.4 La situación en Sinaloa

Es importante mencionar que a pesar de que Sinaloa tiene uno de los mayores índices de violencia social a nivel nacional, y la evidencia de que muchos de los delitos de alto impacto son cometidos por jóvenes, aún no se han realizado estudios serios de largo alcance y cobertura en las escuelas de educación básica y de bachillerato existentes, o al menos, no se conoce publicación alguna al respecto, lo que resulta necesario dada la situación de violencia que prevalece en la entidad de algunos años a la fecha.

En el mes de Junio de 2009, la Fundación Sociedad Educadora de Sinaloa, A.C. auspició el Taller “Momento de Decisión” como parte del programa de jóvenes voluntarios y el programa de prevención de adicciones, y en la ceremonia de clausura y entrega de reconocimientos, a directores de escuelas y participantes, el Lic. Carlos Báez, entonces Subsecretario de Seguridad Pública reveló algunas cifras alarmantes, entre las que destacan que alrededor de 2 de cada 4 personas que delinquen por primera vez, son jóvenes entre los 16 y los 27 años de edad.

Ante la ausencia de estudios serios que nos ayuden a delimitar la situación real de este problema en nuestro estado, se ha recurrido a la consulta de notas periodísticas, sobre todo de personas vinculadas a instituciones públicas, como el Sindicato de maestros y la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.

En efecto, en el mes de agosto de 2010, el Profesor Jaime Quiñónez Muñoz, dirigente de la sección 27 de SNTE, comentó que los niños sobresalientes son quienes más sufren problemas de “bullying” o acoso escolar en las escuelas, por parte de sus propios compañeros, ya que por lo general, son los más serios y los más tímidos y además, por ser los más inteligentes, sus compañeros los ven como la torta del salón. […] Este problema es una cultura que no ha podido ser erradicada de las escuelas, debido a que anteriormente los maestros no recibían capacitación para tratar este asunto, por lo que en lugar de ir disminuyendo, se fue agravando. Sin embargo, a través de la Fundación SNTE, los maestros del estado reciben capacitación para que sepan tratar este problema, y por lo pronto se realizan cursos en Mazatlán, Culiacán, Guasave y Los Mochis, pero esperan reforzarlo el próximo ciclo escolar y llevarlo a maestros de otros municipios. Con relación a este curso añadió que la idea es reforzarlo el próximo ciclo escolar y poder llevarlo a otras ciudades, y que va dirigido principalmente a los maestros y será impartido por gente profesional, gente que tenga la capacidad de poder orientar a nuestros compañeros maestros”.[14]

Por su parte, Verónica Ramírez Barrera, coordinadora de Difusión de la Dirección de Vinculación y Difusión de la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Sinaloa, comentó en conferencia periodística que ha detectado al menos a diez niños víctimas de acoso escolar o bullying, en los niveles de primaria y secundaria. Manifestó igualmente, que los ofendidos fueron atendidos por instituciones como el Centro para Atención y Prevención de Violencia Intrafamiliar y el Instituto Sinaloense para la Mujeres y que como parte del trabajo de concientización, se ha trabajado con 18 mil 902 personas entre alumnos, maestros y padres de familia, pues los padres de familia necesitan saber qué es lo que sus hijos viven en las escuelas y qué medidas deben tomarse para protegerlos y que ellos se defiendan y vivan de mejor manera y no sea peleando. Los padres de familia, detalló, pueden darse cuenta que su hijo es víctima del bullying, cuando el menor no quiere ir a la escuela, baja su rendimiento escolar o constantemente dice que se siente mal mientras está en clase.”[15] /

Por su parte, Miguel Ángel Millán Plaza, director de la Fundación SNTE de la Cultura del Maestro señaló que 6 de cada 10 jóvenes del nivel básico se convierten en algún momento en víctimas por parte de alguno de sus compañeros. También señaló que una de las características para que se dé el bullying, es que la víctima tenga alguna discapacidad, o una diferencia, ya sea religiosa, clase social o étnica, y que dicha diferencia se perciba dentro de un grupo, donde por lo general, también participa el atacante o abusador, quién es una persona más grande, más inteligente y que utiliza estos recursos para abusar.

Explicó que de acuerdo a una investigación realizada en el 2010 sobre el bullying y sus implicaciones en el contexto de la educación básica, destacó que un 80 por ciento de los estudiantes hombres son agredidos, y que la violencia física se da más dentro del salón de clases de la escuela. Detalló que cada vez son más alarmantes los tipos de agresiones que se dan desde el nivel preescolar sin importar el nivel socioeconómico, además de que utilizan la tecnología como medio para la victimización.

Manifestó además que este fenómeno lo ha venido previniendo desde primaria, pero donde detona y causa más conflictos es entre los 12 y los 16 años de edad, que es la etapa de secundaria. El primer paso que todos los padres de familia deben de dar, es darse cuenta que cuando sus hijos les digan: “no quiero ir a la escuela”, ya que por lo general podría ser una primera señal de que su hijo es víctima del bullying.”

Comentó que el bullying en las escuelas ha dejado graves consecuencias, sólo hay que recordar la muerte de José Martín Jiménez Tapia, de 12 años, el pasado 9 de enero de 2010, estudiante del grupo 1K de la Escuela Secundaria Técnica Industrial 75, ubicada, en el sector Barrancos en Culiacán Sinaloa y quién durante una riña fue golpeado salvajemente por otro alumno hasta quedar inconsciente. También, el suicidio de Celia "N", de 14 años de edad, del municipio de El Fuerte, quien a decir de los especialistas, fue víctima del bullying, siendo algunas de las causas para quitarse la vida ahorcándose en el salón de clases el 30 de septiembre de 2010.”[16] /

Con lo anterior, puede verse que los efectos de la violencia escolar no están ausentes en nuestro país ni en la entidad. Sin embargo, aún no se han definido políticas educativas tendientes a erradicar este lacerante problema social, por lo que resulta necesaria la elaboración de estudios pertinentes que vengan a conformar criterios de solución factibles a corto y mediano plazo.

El presente estudio hace énfasis en la percepción de la violencia escolar que vivieron un grupo de jóvenes universitarios en su etapa de secundaria, y cuyos efectos en sus conductas actuales pueden ser medidos en términos de significados y actitudes frente a su responsabilidad como estudiantes, los que podrán ser considerados, como aspiración legítima del autor, por la autoridad educativa estatal con el propósito de establecer medidas de control dentro de las escuelas de este nivel y medidas de apoyo en los ámbitos familiares.

1.3 Definición del problema

Las manifestaciones de agresión y violencia escolar que tienen lugar entre los estudiantes del nivel básico, constituye un asunto importante para la sociedad que debe ser atendido antes de que se convierta en una patología más difícil de erradicar. Es un problema que ha sido atendido desde el discurso pedagógico por las autoridades escolares, y nada nos lleva a pensar que haya aumentado o disminuido o incluso que se haya corregido, pues todo indica que es un tema del que pocos quieren hablar y por lo mismo, no se tipifica ni se estudia adecuadamente.

Aun así, no porque siempre haya existido debe tolerarse, por lo que podemos afirmar que siendo un problema de carácter social en los niños que asoman a la pubertad y la adolescencia, su solución debe abordarse desde una perspectiva multifactorial, donde intervengan al menos, las instancias socializadoras que se indican a continuación:

- Gobierno. Las autoridades educativas,
- Familia. Las asociaciones de padres de familia,
- Escuela. Los directivos y el personal docente
- Medios de Comunicación. Prensa escrita, Radio y Televisión
- Organismos no gubernamentales, Diversas Organizaciones de la sociedad civil Cada una de estas instancias de socialización, tienen un rol dentro de la sociedad en la que actúan, y es su deber establecer sinergias adecuadas para la real solución de los problemas que afectan la vida interior, es decir el proceso natural de convertirse en personas, pues como bien señala Carl Rogers (1998) en una de sus obras:

“…El niño posee un sistema innato de motivación llamado tendencia a la actualización, que es propia de todo ser viviente, tendencia actualizante que dirige el desarrollo de cualquier organismo hacia la autonomía. Este proceso no es solo para preservar la vida sino que es un mecanismo que tiende a la superación, por lo tanto, se basa en la idea de una potencialidad inherente a crecer, tanto en el orden personal como filogenético de la especie.”[17]

1.3.1 Preguntas de análisis

Lo que se busca en la investigación, es encontrar evidencias de como las manifestaciones de carácter de los jóvenes universitarios, sus conductas, comportamientos y su rendimiento escolar actuales, tienen relación directa con el rol que jugaron en la época de estudiantes de la escuela primaria e incluso, en su adolescencia en la de secundaria y bachillerato, siendo los más conocidos, los de agresor, victima o de testigo.

Bajo lo antes señalado, las preguntas centrales de la investigación son las siguientes:

1. ¿Qué significados tienen actualmente para los jóvenes universitarios, los conceptos asociados a su desarrollo personal, como personalidad, agresividad, violencia en la escuela entre otros?
2. ¿Cómo recuerdan los jóvenes universitarios, sus experiencias de vida relacionadas con la violencia escolar que se vive en las escuelas del nivel básico?
3. ¿Cuáles fueron los roles que jugaron en su etapa de escolares de nivel básico, en aspectos de la violencia escolar, los jóvenes universitarios entrevistados?
4. ¿Cómo perciben los efectos de sus experiencias relacionadas con la violencia escolar, según el rol que hayan vivido?
5. ¿Qué cambios conductuales son los más frecuentes en las personas adultas derivados de sus experiencias de vida sobre la violencia escolar?
6. ¿Qué relación existe entre la violencia escolar vivida en el nivel básico y el rendimiento académico de los jóvenes universitarios?

1.3.2 Expresión del problema

Hasta este punto, y de acuerdo como lo señalan los principios de toda investigación de carácter cualitativo, se tiene muy clara la idea de lo que se pretende investigar, por lo que considerando las preguntas de análisis antes señaladas, el problema a resolver puede expresarse de la manera siguiente:

“¿Que relación existe entre las experiencias de violencia escolar cualesquiera que haya sido el rol que los jóvenes estudiantes vivieron en su etapa del nivel básico y bachillerato, con sus actitudes y conductas y sus responsabilidades como estudiantes universitarios?”

Puede observarse que en el planteamiento del problema, se pone en evidencia la necesidad de conocer las experiencias sobre violencia escolar, mas como un medio de relación con sus conductas, y no como elementos causales de sus motivaciones actuales, incluyendo en estas su responsabilidad como estudiantes de nivel profesional.

1.4 Naturaleza y alcance de la investigación

El estudio, es eminentemente cualitativo, ya que se fundamenta en la percepción que cierto número de alumnos seleccionados como representativos dentro de la Universidad de San Miguel, tienen acerca de sus experiencias en torno al fenómeno de la violencia escolar, y la posible conexión de los resultados que se obtengan, con las evidencias documentales que de ellos se tiene en lo referente a su aprovechamiento escolar y como promotores de ambientes de clima escolar prevaleciente dentro de la universidad de San Miguel. La naturaleza de la investigación es de carácter longitudinal, ya que ubica el nivel de percepción de los estudiantes actuales, con una edad promedio de 20 años, en sus comportamientos como estudiantes de secundaria (entre 11 y 13 años de edad) y de preparatoria (entre 16 y 18 años de edad).

Como una forma de reiterar la importancia de analizar las conductas en estas edades es que de acuerdo con Fernando Corominas (1989) es que entre las características de los jóvenes en esas edades, es decir, entre la pubertad y el comienzo de la adolescencia los niños están sujetos:

“…al descubrimiento del sí-mismo, del yo- espíritu, la crisis del desarrollo, la edad de las contradicciones, el comienzo de la independencia, una época en la que el egoísmo prevalece y la segunda afirmación del yo vuelve a ser natural. Y en el siguiente orden de edad, cuando el estudiante ya ingresa al bachillerato, de nueva cuenta se encuentra ante situaciones de rebeldía, inseguridad, obstinación e independencia, las que se manifestarán al mismo tiempo que una mayor capacidad de reflexión, anhelos de ser admirado, preocupación por lo social.”

1.5 Justificación del estudio

Una vez conocidos los resultados de la investigación, la Universidad de San Miguel, institución donde se realizó el estudio, se tendrán elementos suficientes para conformar uno o varios programas de intervención que ayuden a detectar la problemática de los jóvenes, y establecer programas de apoyo para elevar su rendimiento escolar con base en nuevos hábitos de estudio e investigación.

Entre los programas de apoyo que pueden implementarse a favor de los jóvenes universitarios, sobre todos aquellos en los que se detectan actitudes y comportamientos en el período de inducción, se puede señalar a priori, la incorporación de un taller que les ayude a entender mejor su responsabilidad como estudiantes universitarios y mejorar sus conductas y actitudes y motivaciones frente a la vida, y durante el proceso formativo de su carrera, algunos programas de motivación a manera de seminarios sobre problemáticas actuales que aún sin ser del ámbito de su especialidad, los concientice de la responsabilidad social a la que se deberán en el futuro inmediato siendo profesionistas. Sin duda que los beneficios inmediatos podrán ser poco percibidos, pero en el largo plazo se mejoraría los aspectos de conductas y procesos de adaptación a la vida universitaria y profesional.

Por otro lado, y de manera complementaria, los resultados del estudio pueden ser dados a conocer a los encargados del sistema de educación básica de la Secretaría de Educación Pública y Cultura, sobre todo a quienes coordinan escuelas secundarias, con el fin de que puedan elaborarse estudios de mayor envergadura que nos ayuden a identificar el nivel y grado de avance de este problema en los estudiantes de este nivel, y con ello, empezar a establecer programas de prevención en coordinación con las familias y otros grupos que participan en las diversas instancias de socialización, como podrían ser clubes de servicio, organizaciones no gubernamentales, iglesias, medios de comunicación y empresas entre otras.

1.6 Propósito general

Con el presente estudio, se busca conocer las opiniones, significados y experiencias, de un grupo de jóvenes universitarios, unos (Grupo B) que se distinguen por tener un bajo perfil como estudiantes, una escasa responsabilidad en el cumplimiento de sus deberes más elementales, un bajo nivel de rendimiento escolar y una clara tendencia a validar calificaciones por medio de los exámenes extraordinarios, reflejo inequívoco de que aún no tienen claro su plan de vida y carrera profesional, todo ello, contrastado con otros jóvenes (Grupo A) con características muy similares en cuanto al número y distribución de género, y que se distinguen por mantener un alto perfil como estudiantes, buena conducta en sus relaciones interpersonales con sus compañeros y profesores, buenas calificaciones y en general, un claro propósito de vida.

Son evidentes también otros propósitos más particulares y que se vinculan estrechamente con el quehacer profesional del sustentante, y estos son, de alguna manera, influidos por ser el fundador y Rector de la Universidad de San Miguel, y la responsabilidad social que ello conlleva. Es por ello que como propósito adicional, podemos decir que las evidencias que se obtengan a través del presente estudio, serán de alta utilidad en el futuro inmediato para la conformación de programas de carácter extracurricular, que le permitan a la institución, rescatar a los estudiantes que caen en el perfil del grupo B señalado en primer término, sobre todo por el hecho de que la Universidad de San Miguel, busca distinguirse por la calidad de sus egresados una vez en ejercicio de su vida profesional.

Por último, entre los propósitos de la presente investigación, se incluye que es un requisito insoslayable para la obtención del grado de Doctor en Desarrollo Humano, nivel de estudios promovido por el Instituto de Desarrollo Humano e Investigación, IDEHI de Culiacán Sinaloa, México, y demostrar mediante el mismo, que es factible a través de estudios de esta naturaleza, que estudiar al ser humano a través de sus actitudes, conductas y motivaciones, es una tarea que debe estar presente de manera permanente en todas las instituciones de educación superior.

[...]


[1] Salomäki, U. & otros (2001). The proposal for an Actino Plan to Tackle Violence in the school in Europe. Report Finland. Finish Centre for Health Promotion (Connect, 006-Fi).

[2] Jokin, fue un alumno de 14 años de nivel secundaria en Hondarribia, Guipúzcoa del país Vasco, que sufrió maltrato psicológico y físico por parte de sus compañeros del instituto, abocándolo al suicidio, el 21 de septiembre de 2004. Este hecho detonó las alarmas sociales, políticas y educativas, generando múltiples debates, seminarios, estudios Sin embargo, no sólo no se ha conseguido frenar el problema, sino que los casos de bullying escolar, afloran como algo natural y normal, en una sociedad cada vez más competitiva y poco solidaria. http://argijokin.blogcindario.com/

[3] http://argijokin.blogcindario.com/2007/03/06400-mexico-la-violencia-escolar-es-un-mal-persistente-en-las-escuelas-de-tamaulipas.html

[4] http://edant.clarin.com/diario/2001/03/06/s-255949.htm

[5] http://www.mednet.cl/link.cgi/Medwave/Reuniones/RCPsiquiatria/3/2377

[6] Olweus nació en Suecia, y tomó su título de doctorado en la Universidad de Umea, en el año de 1969. From 1970 up to 1995 he was professor of psychology at the University of Bergen, Bergen, Norway. Desde 1970 hasta 1995, fue profesor de psicología en la Universidad de Bergen, Bergen, Noruega. Por sus trabajos es reconocido por la comunidad científica como un pionero y padre fundador de las investigaciones sobre la intimidación y el acoso escolar, acuñando para ello el término “Bullying”. Por sus estudios posteriores en la mayor parte del mundo, se le considera como un líder de expertos en esta materia, tanto por la comunidad científica como por la sociedad en general.

[7] http://www.mednet.cl/link.cgi/Medwave/Reuniones/RCPsiquiatria/3/2377

[8] http://www.observatorio.org/comunicados/29a979d88ada.pdf

[9] Publicado en el Periódico La Jornada, Mayo 28 de 2005. Publicado en el site: http://www.observatorio.org/comunicados/29a979d88ada.pdf

[10] Revista correspondiente al trimestre Octubre-Diciembre de 2005. Número 27, paginas 1005-1026.

[11] http://www.inee.edu.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=3448&Itemid=1101

[12] Tomada del sitio de Internet: www.enlineadirecta.info. y del site: http://www.enlineadirecta.info/nota.php?art_ID=66051&titulo=Escuelas__entre_la_violencia_y_la_indiferencia.html

[13] http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/397198.los-tipos-de-agresion-escolar.html

[14] Tomado del site : http://www.noroeste.com.mx/publicaciones.php?id=590304 (Agosto 6 de 2010)

[15] Tomado del site: http://www.noroeste.com.mx/publicaciones.php?id=576562 (Abril 24 de 2010)

[16] Tomado del site: http://www.lineadirectaportal.com/publicacion.php?noticia=41668 (Junio 20 2011)

[17] Tomado del sitio Web: http://www.clinicapsi.com/carl%20rogers.html

Final del extracto de 254 páginas

Detalles

Título
Reflejo de la violencia escolar en la Juventud Universitaria
Subtítulo
Un estudio de corte humanista con visión retrospectiva y propuesta en perspectiva
Curso
Doctorado en Desarrollo Humano
Calificación
Mención honorifica
Autor
Año
2012
Páginas
254
No. de catálogo
V215565
ISBN (Ebook)
9783668604667
ISBN (Libro)
9783668604674
Tamaño de fichero
1810 KB
Idioma
Español
Notas
Palabras clave
reflejo, juventud, universitaria
Citar trabajo
Jorge Rene Melendrez Quezada (Autor), 2012, Reflejo de la violencia escolar en la Juventud Universitaria, Múnich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/215565

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